Algarrobo en invierno
La producción más reciente del titular de esta página insiste sobre su tema favorito: el paisaje y las luces extremas de Alcalá, sobre todo al amanecer, cuando prefiere pasear. En esto se acerca más a los pintores clásicos que inauguraron la escuela alcalareña de paisajismo, Contreras, Pinelo, García Rodríguez y, sobre todo, Sánchez Perrier, que a los que, en realidad, han sido sus maestros verdaderos en este menester, y a los que debe devoción y respeto: Paco Barranco y Luis Romera, ya fallecidos, y Pepe Recacha, activo y admirable, que han pintado Alcalá bajo el sol de mediodía. Estos tres últimos supusieron una revolución radical en la manera de mirar y pintar su ciudad (algún opinador metería otros nombres imprescindibles que aquí no lo son), llegando a establecer un estilo que ahora ya resulta un tópico. La mitad de los paisajistas de esta ciudad (más que pintores, aficionados) quiere parecerse a ellos, sin conseguirlo, y la otra mitad, pintores de verdad, quiere alejarse de su poderoso modelo, por tradicional y consabido. Para eso están los modelos, para rebatirlos.